Shany: no leas, voy a hablar de una película.

Ajá... Logré desasirme del yugo del Facebook y hacer algo más útil con mi vida. En verdad logré que la gripe dejara de quitarme las ganas de vivir fuera de mi cama, y fui al cine a ver la súper producción de nuestra gloriosa Villa del Cine (léase que glorioso y honorable no son sinónimos).

Tengo que madurar un poco la película, claro, no han pasado ni dos horas desde que terminó. Por otro lado, obviamente todos mis comentarios parten de la más absoluta falta de autoridad moral, porque no soy ni actriz ni guionista ni directora ni me he dado duro contra la industria, etcétera y amén; y el tono quizá algo rudo y arrogante de expresar mis opiniones no es señal de desprecio en absoluto, sino simplemente una manera particular de poner en palabras lo que la película me produjo. Y ahora es el momento en que dejo de justificarme. Así, en líneas generales...

Gente, clases de actuación, por favor. Jorge Reyes, las pausas dramáticas no son un recurso infalible para todas y cada una de tus líneas, los matices no sólo se usan para pintar paredes y el cantadito clicheteado a lo TeatroUCAB déjalo para cuando te metas en una coral. En general, las actuaciones fueron demasiado teatrales, incluso gestualmente, cosa innecesaria dado que tienes un lente closeupeándote y tu carita ocupará 3/4 partes del 16:9 que a todos nos deslumbra. Pero al rato te acostumbras y ya no te parece tétrico sino que pasas a pensar que el guionista es malo y ya.

El guionista... A ver... Con mi poquísima experiencia en el área de guionismo, yo ya vislumbro cuán rudo es el trabajo de un guionista. En cuanto a estructura el guión está bien, así sea sólo por esa cosa básica que ninguna película venezolana ha logrado en mí: no me aburrí en ningún momento. ¡Bravo! Gracias, Henry Herrera, por devolverle al cine histórico venezolano su carácter de ENTRETENIMIENTO y comprender que si no le paré a las clases de María Soledad, si me aburres no te voy a parar a ti que no me vas a poner nota. A pesar de que la línea argumental es un poco fragmentada para mi gusto, comprendo que al realizar una biografía es muy difícil echar el cuento sin apelar al "collage", al zig-zag y toda esa parafernalia argumental (post)moderna.

Ahora, siendo un poco más mañosa, sentí que le faltó pulitura y, especialmente, sutileza. Algunos diálogos tienen una obvia intención didáctica o de argumentación dramática, pero se puede ser más sutil que "Usted se llama Francisco de Miranda y nació en Caracas en 1950" (literalmente). También me sangraron un poco los oídos cuando Salim (el súper personaje que más rulea, por cierto) cuando era pequeño le dice "tú eres mi patria ahora, Miranda" o algo así, y qué línea tan bonita, pero niño, de verdad verdad no te creí ni un poquito. Y así volvemos al tema de las actuaciones, pero ya me expliqué respecto de ese punto.

La columna vertebral de la película la da un seminarista que "entrevista" a Miranda mientras él está preso en La Carraca. Obviamente la relación de ambos evoluciona a lo largo de la película, sin embargo, el "click" que sucede en este personaje cuyo nombre no recuerdo es muy abrupto... Tiene buena justificación, pero creo que pudieron desarrollarlo mejor... más sutilmente, volviendo a la palabrita.

De resto: visualmente la película es un espectáculo, de verdad. Pulcra, nítida pero con un leve añejamiento muy adecuado, con algunos planos alucinantes y en general un manejo correcto del lenguaje audiovisual (aunque hubo un par de planos en los cuales la intervención de la computadora me sangró los ojos). Audiovisualmente, una película hermosa, la verdad. Se le ve el dinero invertido por todos lados.

Lo que no me esperaba: En general existe código en la película. Es consistente en su manera de contar las cosas HAAAAAAASTA QUE APARECE DANNY GLOVER. Es una escena casi totalmente gratuita (seguramente llegó Glover, dijo "yo quiero actuar" y guionista a correr y escribir una escena cualquiera que medio dé un mensaje para que el señor importante -del cine yankee, por cierto- tenga para figurar). Pero no es tanto el "gratuitismo", eso no importa tanto, y quizá en mí es más una postura política antes que nada, pero lo que sí me arre...piente y me duele, es que destruyas todo el freaking código de tu película porque el mister no habla español, o equis razón que haya sido... pero si pones a CATALINA DE RUSIA A HABLAR ESPAÑOL POR DIOS SANTO, AL HAITIANO TAMBIÉN TIENES QUE PONERLO A HABLAR ESPAÑOL. O me pones a freaking Catalina de Rusia a hablar ruso o francés o inglés o cualquier otra cosa, pero te juro por Dios que castellano no era lo que hablaba con Miranda (o quizá yo soy una ignorante, pero eso no quita el punto de que es una ruptura abismal de código y de eso cualquier tucabista sabe hablar con propiedad).

*Lorena se acomoda el peinado y se abanica con la mano*

Bueno, dejando las exaltaciones de lado, jeje... Eso no me gustó, pues.

Memorable: Luigi Sciamanna. Irónicamente, el actor, director y profesor de teatro fue el único que dio una actuación para cine impecable en toda la película. Él entiende que caracterización y sobreactuación son dos cosas diferentes.

Mejoraría: muchas cosas (como todo lo que critiqué antes), pero muy muy concretamente el acabado de los vestuarios, que parezcan más "ropa que gente de verdad usa" y menos "vestuario hecho en combo para una película".

¿La recomiendo? Sí, claro que sí. En líneas generales la película es buena, pues. Lo que pasa es que es buena en las cosas obvias en que una película debe serlo, no es deslumbrante ni sorprendente. Pero igual, aunque fuera mala, hay que verla, PORQUE HAY QUE VER EL CINE VENEZOLANO. Y no pirata de buhonero, sino en las salas. Nosotros no exportamos cine como otros países, el público de nuestra industria somos nosotros mismos, y claro que nunca va a haber industria si nunca hay consumidores. No quiero volverme una moralista inquisidora, ni tampoco sé mucho sobre economía, ni sobre cine si a ver vamos... pero es una verdad casi instintiva por lo básica. No porque suene poético, pero esa entrada es una inversión en nuestro futuro, o al menos el de los audiovisualistas.

Y nada, Francisco de Miranda es un personaje espectacular, punto.

1. Facebook.
2. Comer chocolate como si no hubiera mañana.
3. Comerme las uñas.
4. Facebook.
5. Tomarme cualquier pepa creyendo que la hizo Harry Potter para devolverme la salud.
6. Pensar "tengo que hacer esto" y no hacerlo.
7. Comer cualquier cosa que me pongan al frente.
8. Facebook.
9. Lamentarme porque no tengo tiempo de hacer nada por estar metida en Facebook.
10. Facebook.

Sí, muy inteligente. "Haz gárgaras con cloro". "Haz gárgaras con kerosene". "Haz gárgaras con veneno de serpiente". "Haz gárgaras con fuego".

Espero que no me duela la garganta más nunca en mi vida (claro, si ya no tengo garganta).

En fin... Me voy a volver a meter aire en mis pulmones (y a rescatar mis cuerdas vocales derretidas del desagüe).


Pronto: algo serio y "bien escrito" sobre VIART...

Esa enorme facilidad que tengo para desarrollar mañas obsesivo-compulsivas han hecho de mi insolación lo peor y lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.

De lo que se trata en realidad es que nunca había tenido tanta área destinada a "pelarme". Por ejemplo, nunca me había pelado las piernas. Esto es malo, porque es malo pelarse, pues. Esto es bueno porque tengo más superficie para divertirme con mi fijación. La verdad es incalculable la cantidad de horas que he perdido en los últimos tres días totalmente hipnotizada arrancando pellejo muerto. Y no estoy exagerando. Honestamente SE ME HAN IDO HORAS SIN DARME CUENTA, sólo forzando el espíritu serpiente (mongólica, por cierto) que hay en mí.

Es enfermo.

Si alguno de ustedes se está pelando (PATRICIA RAMÍREZ, SÉ QUE FUISTE A LA PLAYA, ESTÁS EN LA MIRA), comuníquemelo y yo con gusto me dirigiré a ayudarlo con su pelada. Llámeme asquerosa o lo que le dé la gana, NO ME IMPORTA. Pelarse es un privilegio que debe compartir con el prójimo. Bueno, no pelarse, sino tener a la disposición piel muerta susceptible de ser arrancada.

En fin. Mi vida se ha visto en standby por estar perdiendo mi tiempo pelándome y...

¡¡HACIENDO INUTILIDADES EN FACEBOOK!!

No, de verdad... O SEA. NO. NO.
(como ven, el Facebook también destruyó mis ya limitadas capacidades de expresión a través del lenguaje castellano).

Y... para más colmo, como no bastaba con tener los Superlatives y el X Me, y la ardilla más bella del mundo para contemplar, y la Wall y la Super Wall y la Fun Wall y la Mega Wall y la NUNCA-LO-VAS-A-CREER Wall y la No-me-diferencio-en-nada-de-las-demás-walls Wall, apartando el simplísimo hecho del acceso a una cantidad brutal de gente remota y absurda... AHORA CONSEGUÍ UNA APLICACIÓN PARA ESTUDIAR KANJI. No, de verdad... O SEA. NO. NO.

*Y las horas transcurren, y Lorena sigue adherida a la computadora tirándola a pegar porque, por demás, no es como que realmente tiene un conocimiento brutal en japonés que practicar, sino simplemente se divierte dando click sin esforzarse en aprender nada... Porque esa es la característica principal del Facebook: NO APRENDER NADA. Si hay una aplicación que te permite aprender algo, nadie es tan loser como para ponerla. Yo no lo haría.*

Y creo que sólo me queda asumir con dignidad que jamás me separaré de la computadora.
Sí... Hubiera sido lindo viajar y conocer Japón, la India y lugares así.
Hubiera sido lindo estudiar en Argentina.
Hubiera sido lindo algo tan simple como salir a comer.
Hubiera sido lindo visitar a mi abuela.
Hubiera sido lindo conseguir trabajo.
Hubiera sido lindo dormir sin despertarme cada quince minutos a revisar si hay algo nuevo.
Hubiera sido lindo concentrarme en reuniones importantes en vez de pensar que debería conectarme.
Hubiera sido lindo no arrancarle la laptop con conexión inalámbrica a Desconocido #1 en el medio de la universidad.
Hubiera sido lindo no atropellar a Desconocido #15 por ir a 210 Km/h para llegar a mi casa a revisar si alguien aceptó mi Friend Request.
Hubiera sido lindo estar en la cárcel extrañando a mis seres queridos y no lamentándome por no tener acceso a una computadora.

Sí, hubiera sido lindo...

En fin, para ser respetuosa con la elección de todos, la personita en cuestión exigió que se abriera de nuevo la votación para determinar qué palabra debe ir antes de "Blógvula". Claro, esto fue producto del consenso al que llegamos luego de que pataleara por querer una auditoría, re conteo de votos e incluso que se abrieran de nuevo las propuestas para la votación.


Pasando a temas más felices y menos propensos a crear conflicto, encontramos una eficiente guía para todo el que se mete en mi blog a leer estupideces en vez de ir creando afectos, como debería ser... (prohibido hablar sobre la persona que escribe las estupideces). En fin, buscando una traducción al español de la palabra Cuddle (que no encontré, por cierto), nos tropezamos con un wiki con instrucciones detalladas sobre cómo "cuddlear". Mi cerebro se atapusa un poquito con todos los comentarios irónico-sarcásticos que me produce el hecho de que algo así exista.

Y en este momento pienso "debería escribir algo más", pero no tengo ganas, y no lo voy a forzar. Así que chao.

El blog se convirtió en una especie de depósito de mis quejas sobre la vida y mi empeño en encontrar absurdo todo lo que me rodea, desviándome de esa primera cosa que, de hecho, fue la que dio nacimiento al blog: informar sobre mi vida, sobre todo a la gente que está lejos.

A diferencia de lo que puede parecer gracias a las especulaciones de la gente, mi vida no tiene muchas cosas interesantes, y quizá por eso es que me empeño en convertir cosas idiotas en acontecimientos. Esto es un defecto, estoy clara en ello. Pero es mi manera de hacer mi vida más divertida, y no hace daño a nadie.

Ahora, mi vida poco interesante se resume en:

Volvieron las clases en ASODECO, lo cual de cierta forma me borra mi status de desempleada.

Igualmente estoy buscando trabajo. Y con esto me refiero a trabajo de verdad. No porque lo demás no lo sea, pero ustedes saben de qué estoy hablando...

El dolor de la insolación ahora se convirtió en una picazón de los mil demonios gracias a la cual el 80% de mi piel se ha quedado incrustrada en mis uñas.

El tránsito en Caracas lo logró: me destrozó los nervios en sólo una semana. Hoy 12 de octubre no soy ni la sombra de la niña bonita y zen que regresó de Margarita el día 5.

No he cumplido ni con el 4% de las cosas que debía hacer en esta semana, incluyendo cosas tan sencillas e incluso placenteras como: terminar un libro.

Hoy terminó la temporada de Intereses. *suspiro* Con esto, terminaron mis idas a la Universidad; al menos las idas por una obligación real.

ODIO EL MALDITO FACEBOOK, ME INUTILIZA LA EXISTENCIA.

Tengo SIGLOS sin ir al cine, ni siquiera ver una película completa. Eso me hace preguntarme muchas cosas.

Hoy me hicieron llorar otra vez de frustración, rabia, "ya no quiero más" y "I've had enough del psicoterror".

Y no hago más que seguir entrenándome en ese arte de escupir para arriba.

Al menos hice el esfuerzo y me valió de excusa para rediseñar el blog con algo más personal y menos cursi, como deseaba que fuera cuando recién empecé con este experimento.

Pero, el último atisbo de sentido, que era el nombre del blog, puesto que era una cita de un poema, se fue por un drenaje interdimensional (o, casualmente, le bajaron la válvula).

Y existe una polémica respecto al nombre ganador, dado que el postulador señala ahora que es La Blógvula, pero la principal cómplice del frau- ¡em! Quiero decir, una seguidora señala que ese no fue el nombre por el que ella votó (más veces de las que debía, por cierto).

En fin, si se sienten defraudados (alguien aparte de las DOS personas responsables por VENTISÉIS votos), son libres de quejarse. Y yo, estrenando voluntad y desechando esa inclinación estúpida que tengo a acatar sugerencias que me friegan, decidiré si les hago caso o no.

Agradecimientos al señor Leandro por impulsar la idea de cambiar el nombre al blog y propiciar una oportunidad de participación para el público.
Agradecimientos a OswaldMatic por suministrar la plataforma de votación, el conteo y los votos falsos.
Agradecimientos a mí misma por tener tanta dignidad.

... o De cuando Lorena sufrió delirios de grandeza y pensó "El sol no puede conmigo".

Todo iba bien, mi bronceado avanzaba "sin prisa pero sin pausa" (tan patriótica yo) hasta el nefasto día en que dije ¿sabe qué, Lorena de mi vida, usté hoy no se me echa protector... se me queda en la sombrita y el resplandor hará su magia.

Nada, Harry Potter se quedó pendejo con la "magia" del sol de mediodía y con lo requete fácil que soy, que apenas escuché "¡aerobics en la piscina!", la promesa de diversión me noqueó el pensamiento racional y corrí como si se estuviera yendo el heladero...

Efectivamente la hora de aerobics en la piscina fue súper divertida. Lo que fue un poco estúpido, de parte de ellos por escoger el horario, y de parte mía por ser tan becerra de acatarlo (y recontra BRUTA de no echarme protector "porque ya va a comenzar"), fue que esa hora abarcó de 12 a 1 pm. Y no hay que ser físico nuclear, pues... no sé la gente, pero yo me crié con "al mediodía no se debe agarrar sol" y el cáncer de piel y los hongos y la insolación y la cosa.

En fin, yo no sé quién me designó a mí La nueva gurú del bronceado o qué sé yo, pero luego de haber pasado la noche con el diablo bailándome en los no-sueños (porque casi no dormí del dolor), me di cuenta de que esa ideota mía se parece un poco a la automedicación: Decisiones estúpidas acerca del consumo (o no) de un producto.

Y tras esta reflexión, acabo de iluminarme sobre la campaña de este mes:

Ah, porque con esto de ser creativos, mi patrón de insolación se limita a las piernas y el abdomen, porque el psicoterror de Ana funcionó para protegerme la cara y el psicoterror de mis papás para protegerme la espalda. ¡ES QUE NI INSOLARME LO HAGO BIEN! >:'(

Próximamente: De cuando Lorena empezó a pelarse y descubrió que ser serpiente no es divertido sino disgusting. O también "Dios, tengo miedo, permite que bajo el pellejo muerto efectivamente haya piel, Amén".

La U en mi brazo ha podido más que el sol y que mis preocupantes -para mis papás- esfuerzos por broncearme (¡rostizarme, no me importa!), al menos del cuello para abajo porque "los poros se congestionan" y demás justificaciones rebuscadas que Ana me dio para no broncearme la cara antes de la temporada de Intereses... Y he hecho caso, n'hombre. Mi amor al teatro (y al no tener acné) me han hecho contrastar un protector 45 en la cara contra un 15 del cuello para abajo, que hoy se tradujo en un 0 (léase cero) dada la desesperación de "¡me quedan dos días para dejar de verme extraterrestre!" y que mañana se convertirán en un acelerador con zanahoria, tomate, apio, brócoli, rouge, pintura roja y todo lo que a los laboratorios se les haya ocurrido al ponerse creativos para lograr que alguien como yo luzca como que de verdad fue a la playa.

En fin, luego de estos cuatro días de sol, cerámica y mucha agua potable (miento si digo arena y cocos, porque lo que es playa y sucio los he mantenido bastante lejos, siempre tan pulcra en la piscina de adultos, away from kids' miao), mi reporte de bronceado es como sigue:

Ya no parece que hubiera invertido los tres últimos años de mi vida en una cama de hospital. O al menos en los pasillos ocupándome de algún ser querido en convalescencia y adoptando un bronceado "luz de neón".

Y el estado zen en que me encuentro... algún imbécil de autopista me lo destrozó ayer, pero I'm so relieved you're just fine! Y al saberlo, Buda vuelve a hacerme masajitos :) Sé que el sábado ya estaré estresada de nuevo, que me entrarán mis crisis de llanto que pagaré con algún desafortunado, que necesitaré el mantra de la buena actitud y las cachetadas de responsabilidad, que buscaré desesperadamente algo que me haga reír que no sean las propias canciones que invento, aturdiendo a mis papás para drenar felicidad por algún lado... Con suerte, el sábado seguiré feliz, acordándome del viernes, acordándome de ustedes y acordándome de que tengo los mejores papás del mundo y tuve por fin las vacaciones más esperadas de la historia.