lorena martes, 3 de noviembre de 2009

1. Los artículos para bebés.
2. Los artículos para mascotas.

Sí, sí, sé que en este momento, en este país, absolutamente TODO está exorbitantemente sobrepreciado, que todo es incomprable, que el país es invivible, seeeeh, seeeeh, yo misma invierto mi existencia toda en quejarme de esto; pero he descubierto que hay una norma tácita que establece que, mientras más estúpido se ponga uno al hablarle y jugar y, en general, interactuar con el futuro destinatario del producto que se compra, más se infla el precio de este.

De verdad, estas tiendas que venden estas cosas especializadas para estos dos tipos de consumidor, exageran. O los servicios, si es por eso. La última vez que tuve que llevar a Dan al veterinario para su vacuna, como se me ocurrió hacerlo en día domingo, me cargaron 150 BOLÍVARES EXTRA (SE LEE CIENTO CINCUENTA) por atenderme como "Emergencia"; no porque lo mío se tratara de una emergencia, sino porque me estaban atendiendo un domingo. Bien, cóbrame lo que quieras -INFELIZ-, pero si ves que no estoy yendo porque tengo a mi perro moribundo en brazos, sino porque le vengo a poner una vacuna anual, al menos ADVIÉRTEME que pretendes estafarme de esa manera, y yo decido si me tomo la molestia de regresar otro día que no sea Día de Robo, o si me da flojera y acepto de buena gana regalarte mi dinero. Pero no me lo claves luego de que me vacunaste al perro, para que venga yo con mi cara de pánfila a preguntar "¿y estos 150 de qué son?"... Mala mía que no reclamé, no para que me devolvieran la plata, sino para que al menos pegaran un letrero en la puerta avisando "Si es domingo, levante las manos".

Yo siempre armo rollo por estas cosas, nunca gano nada sino alterarme yo, carcomerme por dentro de la rabia y la frustración y, contadas veces, que me pidan disculpas tímidamente y que el modus operandi siga siendo el mismo para siempre. Quizá estoy madurando y por eso no reclamé. Pero en verdad fue porque estaba con mi abuelita, muy nerviosa porque el perrito estaba muy nervioso tras la vacuna, todavía teníamos que dejarlo en otro sitio para que lo bañaran, y yo estaba apuradísima y opté por el I'll let it go, no vuelvo para acá.

Y claro que voy a volver para allá si se me ofrece, porque yo soy así, y no tengo principios.

Mi asombro con el asunto de los bebés se disparó la semana pasada, cuando fui a comprar un regalo para un baby shower y veo cosas como un peluche en 170 Bs. y demás. Había otras cosas de buena calidad y con precios bastante accesibles, pero al parecer si el artefacto -así sea de tela y goma espuma- tiene pegada una etiqueta que reza la palabra Baby junto al nombre de cualquier científico famoso, el precio del producto se multiplica por siete. Ahora, lo que realmente me hizo crash mental, fue encontrar un set de modelos de agarraderas para gavetas, muy artesanales, muy bonitas, figuritas de animalitos y corazoncitos y cositas tiernas en maderita pintadita en colorcitos pasteles, cada una al módico precio de 50 Bs. ... CINCUENTA BOLÍVARES POR UNA MANILLA DE GAVETA, de no más de 6x6cms. que, además, para el momento en que el niño se dé cuenta de que existe, ya tendrá edad para detestarla por parecerle infantil y armará berrinches todas las noches para que se las cambien por unas de calavera o de implantes de silicón, qué sé yo. No, en verdad lo que me imagino es que, de las figuras paternales, la mitad que pone el dinero reza porque la mitad hiper-creativa que quiere poner manillitas de jirafitas no esté pensando en el gavetero de cincuenta gavetas que acaban de mandarle a hacer a Luisito...

lorena domingo, 1 de noviembre de 2009

Es un cliché pero,
no por sabiduría popular,
sino porque es un hecho...


Hablando se entiende la gente
:)

¡Feliz Halloween atrasado!

Y bienvenido noviembre O.o