lorena martes, 15 de septiembre de 2009

Se paraliza por la frustración
aquel de quien siempre se tuvieron las más grandes expectativas.

También aquel de quien nunca se esperó nada en absoluto.

lorena miércoles, 9 de septiembre de 2009

... o Anécdota sanitaria II

No es que yo tenga una fijación en particular con los baños y las pocetas. Son ellos quienes tienen una fijación conmigo y hacen su mejor esfuerzo para impresionarme en cada oportunidad de reencontrarnos o conocer un nuevo especimen.

Uno de los últimos que conocí realmente se aseguró de hacerse inolvidable.

Algunas estaciones del Metro en Roma tienen baño y yo, para variar, me estaba haciendo pis en el camino de regreso al hotel. Al llegar a mi estación de destino y bajar del tren, me emocioné al ver el ícono universal de "Ud. es niña y puede hacer pipí aquí". Mi sorpresa es que el ícono en cuestión señalaba hacia un ascensor; pero supuse que simplemente el baño estaba un piso más abajo.

Al acercarme, percibo que al lado de la puerta del ascensor está indicado que debo introducir o.50 euros (¡desfalco!), pero los baños pagos son comunes en Italia, al parecer. Eso me parece un poco inhumano en general, pero bueh. Yo no escribí la Declaración de Derechos Humanos así que supongo que no tengo criterio para estas cosas.

Pago mi medio euro y las puertas se abren con un ¡Pppsssshhhh! bien cámara criogénica. Bueno, estoy exagerando, abrió como un ascensor normal, y yo entré; peeeeeeeerooooooo NOoooooooo. ¡No es un ascensor! ¡Es un baño! Un baño de 1mt x 1mt, absolutamente metálico en un estilo neo-espacial con gótico-retrete-de-avión. Lo interesante comienza cuando la puerta se cierra sola y acto seguido una grabación en algún lado me empieza a gritar en italiano. Mamma mia!! WTF??

Miro a los alrededores con angustia, buscando algo que me ayude a entender qué está pasando, pero sólo encuentro letreros en alemán. Gracias. Al parecer el inglés pasó de moda. Hacer pipí de la manera tradicional también.

Nada, a resignarme. Por suerte era un baño, porque con el susto que me eché con la voz que de pronto me regañaba en italiano, casi me hago. Cabe destacar que la voz JAMÁS se calló, y yo a hacer pipí acompañada, pues. Casi me sentí como cuando voy al baño con alguna amiga de esas que te hablan desde el cubículo de al lado, o tranquilazas lavándose las manos y arreglándose la pollina en el espejo, y una traumatizada pensando que está oyendo y analizando todas las características (intensidad, duración, claridad del sonido) del chorrito.

Mis hipótesis:
A. Pretenden que la gente, con un fuerte deseo de huir producto del terror, termine sus asuntos sanitarios más velozmente. Es un baño de alto tránsito, pues.
B. Es una de estas obras de arte postmoderno tipo penetrable/intervención y pronto habrá en YouTube un video mío haciendo pipí con cara de pánico.
C. El que diseñó el baño simplemente no tiene NPI de qué wo estaba haciendo y cómo hacer que un cliente salga satisfecho trar haber pagado 0.50 para usar el baño (no para obtener la experiencia más traumática de su vida).

Conclusión: Soy una tarada, por no esperar 5 minutos para encargarme de mis asuntos en el cálido, silencioso y apacible baño del hotel, sin violencia verbal ni emocional, en lugar de someterme al experimento psiquiátrico del siglo XXI.

Resultado: Cuando ya no me gritaban en italiano, me estuve riendo tooooooodo el camino del metro al hotel. Sola. La gente pensaría que estaba borrachita o que me acordaba de algo gracioso; pero era simple risa nerviosa.

PD: Feliz cumple... :)

lorena martes, 8 de septiembre de 2009

pero tengo un Twitter.

O reviví el que me abrí hace más de un año.


I'm not proud
pero me gusta usarlo.

@lorebea