lorena viernes, 25 de abril de 2008

Cumple la función de almacenamiento de la ropa. Pero no es un clóset. Es una silla, pero no cumple la función de permitirme sentarme en ella.

¿Por qué, Dios, no puedo ser normal y guardar la ropa en el clóset?
¿Por qué tengo que ser tan floja y depositar toda la ropa en la silla?

Claro, porque cuando quiero dormir, necesito desocupar la cama-clóset.

En la próxima edición hablaremos sobre el mal denominado clóset-clóset, y mis experiencias tratando de aprender a usarlo.

lorena domingo, 20 de abril de 2008

Soy reincidente.

Lo siento... :(

Son de venta libre en Farmatodo... y yo tenía el dinero... y no me pude aguantar...

¿Alguien quiere ser mi sponsor? :(


lorena sábado, 19 de abril de 2008

¡Ciento uno!

Ay, qué mal chiste, de verdad ¬¬








Sí, el último pareciera ser el libro escrito por el Comité de Terapias de La Blógvula para facilitarnos la comprensión de este... "mundo complicado".
Que viva la autoayuda. Que viva. ... Yupi.

En fin, el Comité de Celebraciones de La Blógvula anuncia con orgullo su post número 101, que es este que ustedes, mis 6,2 lectores, observan en sus pantallas. Lo que pasó por debajo de cuerda (gracias a que el Comité de Depresiones estaba trabajando duro para ganar como Empleados del Mes) fue el primer aniversario de La Blógvula, que en sus inicios se llamaba cualquier otra cosa, digna de recordar sólo porque es un poema muy bonito de Dylan Thomas, y porque me disparó el no sé qué que me ha tenido escribiendo acá por un año.

La Presidencia prohibió al Comité de Agradecimientos y Cursilerías que se pronunciara, por el bien de todos.
Pero GRACIAS.
:D



O make me a mask
and a wall to shut from your spies

lorena viernes, 18 de abril de 2008

o La única cosa que tengo para agradecerle a Chávez.

Gracias a que nuestro presidente decidió aplicar su aprendizaje de talleres de creatividad en su desempeño como gobernante, yo tengo más ideas para promover campañas.

El día de hoy he decidido hacer varias confesiones:

1. No soy esa humanista pura y dura que muchos me creen, porque tengo cierta facilidad para las matemáticas. Sí, soy un fraude, quizá entiendo más de física que de música clásica. Pero esto no es un punto a favor, sino un motivo para la frustración, puesto que los números nunca me han hecho entrar en pánico, pero por alguna razón, NO LOGRO COMPRENDER EL SISTEMA MONETARIO VENEZOLANO.

2. Desde que salí de la universidad, donde tenía el cerebro exprimido por tanta idiotez junta que se me ocurrió hacer, mi cerebro está esponjosito pero oxidado. Sí, NO ME ENTRA EN LA CABEZA QUE 10 SON CIEN BOLOS, ¿PERO POR QUÉEEEEEEEE SI 1000 ES UNO? ¡AAAAAAAAH! *Lorena lanza todas las monedas al aire con desesperación* --- *Lorena corre lejos del punto donde todas las monedas caen*

Sí, sí, hay incontables beneficios tras el cambio de la moneda (la bomba atómica también tenía incontables beneficios), pero yo me fastidié de pasar pena... De verdad es humillante llegar donde la cajera, uno con intenciones de pagar, y entonces mostrarle moneda tras moneda preguntando con voz de "por favor no pienses que tengo retraso": ¿Esto son cien? ¿Estos son veinte? ¿Cuántas de estas hacen mil? Comportamiento totalmente lógico en el país donde gracias a Dios te enseñan a sumar porque si no te clavan 4 perros y dos bebidas en 24mil, y cuando dices "no, son 17", el pana sale con "aaaaaah, es que calculé seis perros", y uno piensa "¿por qué pasa ESO si te dije CUATRO y en verdad CUATRO Y SEIS NO SUENAN PARECIDO, ANIMAL?" En fin... *Lorena se acomoda el pelo y se abanica*

El punto es que para evitarme la humillación decidí simplemente no usar las monedas y dar puro billete siempre, y toda la parafernalia metálica meterla en el monedero a que sea futuro tesoro numismático, o en su defecto se oxide. Esto resultó siendo una gran decisión, porque con lo requete despalomada que es Lorenita, terminó en el estacionamiento del Centro Lido con una billetera con dólares y yenes y sin tarjetas de débito (Billetera de viaje: ERROR), pero con un monedero morado con la exhorbitante suma de... 5.400 bolívares débiles en moneditas, cuando ella pensaba que no llegaría a los mil. Y pues sí, pude pagar el estacionamiento y no quedarme lavando carros freelance por una tarde.

Ahora, la simple lógica indica que si este procedimiento me funcionó una semana, ¡imaginen si lo extiendo en un año! Capaz en tres meses ya puedo comprarme una computadora nueva (retiro lo dicho respecto a la facilidad con los números ¬¬). ¡Cuánto dinero puedo ahorrar! Es mi consejo sabio y experimentado, que proviene de la experiencia, pues experimenté la cuestión. Así...

DESEMPOLVE SU COCHINITO


Dígale NO a la moneda fuerte y castíguela en los intestinos de un cerdito plástico.
Recupere la ilusión del ahorro de cuando era niño. O supere sus frustraciones: recuerde cuando por fin creía poderse comprar una patineta (o un libro, para los niños gallos)... y al masacrar al pobre animalito, no le daba ni para el desayuno (y tampoco es que servía para hacerse un sandwich de jamón).
Ya no será así, pues su cochinito estará lleno de monedas de 250 (¡¿dos cincuenta qué?! ¡Eso no existe!) que lo confundirán hasta enloquecerlo, pero representarán tanto dinero que quizá se pueda dar el lujazo de comprar un combo de McDonald's.

Ahorrar es bueno. El procedimiento es muy sencillo:
Cada vez que a usted se le presente la ocasión de pagar cualquier cosa pequeña, evite ese impulso natural a buscar el monedero. Recuerde: el sencillo es lo que se busca proteger. No importa si usted tiene la cantidad exacta en metálico: dé el billete de 20mil, pida que le den todo el cambio en moneditas, y métalo en el cochinito (o en el monedero, si de verdad le molesta mucho llevar el cochinito en el bolsillo). Si es dinero que usted necesita para otra cosa... pues mala suerte, el ahorro implica sacrificio, así que tome menos cerveza y pague su estacionamiento como es: con el billete grande. Después lo agradecerá. ¡Ahorrar nunca había sido tan fácil!


Menos mal que no me he tropezado con la primera moneda de 12,5 céntimos, porque ahí sí que paro cerebral conmigo...

lorena miércoles, 16 de abril de 2008

¿Por que no escribí en el blog durante tantos días? ¿Por qué si he recuperado mi status de desempleada, y se supone que tengo tantas cosas que contar, no he tenido oportunidad de sentarme a escribir todas esas divagaciones estúpidas que tanto entretienen a mis 5,4 lectores (sí, leer La Blógvula es como ir al zooógico...)?

Cuando ayer fui interrogada (y manipulada por una bebé manipulada para manipularme) sobre el motivo de este abandono, espontáneamente di con la respuesta: Sequía creativa; lo cual es una mala excusa, dado que para escribir acá no hay que ser precisamente creativo, sino simplemente suficientemente desparpajado y no tener vergüenza de demostrar qué pensamientos tan superficiales se puede llegar a tener.

En fin, yo no he hecho mucho desde que llegué de los Altos Japoneses... comer, dormir, comer... Hice un curso corto de Cámara 16mm que estuvo interesante y perdí la oportunidad de hacer uno de Producción cinematográfica gracias a la lluvia y que a algún infeliz se le ocurrió llamar INCE a tres edificios que quedan en la misma calle de Los Cortijos... En fin, apartando el hecho de que ayer entró en el top 10 de peores días en la vida (hasta como las 7pm, gracias a Lore A. que reapareciste en mi vida y me pusiste de buen humor, y a Shany porque si no digo que me alegra la vida me pega), les cuento que la depresión y el mal humor acabaron con mi energía existencial y pues... ya no tengo energía para estar amargarda :D Yaaaaaaay.

Estoy escribiendo mucho (claro, no acá, es decir, cosas que me tomo aun menos en serio) y también leyendo alguito... No me estoy traumatizando con el hecho de estar desempleada, sino que asumo mi flojera sin orgullo pero con dignidad y, como con todo, racionalizo el hecho para tener argumentos medianamente creíbles acerca de por qué no estoy trabajando. Básicamente que tengo otro viaje atravesado, pero también están mis razones lorenísticas que a cualquier persona seria le parecerían la paja más grande del mundo... y tienen razón. Pero como yo soy yo, y el mundo es el mundo, y la vida es la vida, yo seguiré dando mis argumentos baratos mientras soy feliz escribiendo sin 5mil bolos para tomarme un café.

También descubrí una crítica bastante importante para mí misma, que de ninguna manera quiero extender a todo el resto de la gente... sino únicamente a mí. Cuando era más adolescente y me di cuenta de que en mi vida no pasaba nada importante, me dio por creerme activista de causas que nada tienen que ver conmigo, y pues entre el budismo y demás cosas raras que me dio por profesar, me metí a defensora del Tibet. Claro, desde mi cerebro y mi boca, porque obviamente jamás moví un dedo para hacer nada al respecto. Agarré odio a los chinos, y el Dalai Lama era mejor que Madonna. Sigue siendo así, la mayoría de los chinos me caen mal (hay unos que me caen bien, eh... No soy tan prejuiciosa ¬¬) y el Dalai Lama es lo máximo, pero con todo este revival del problema del Tibet me di cuenta de lo estúpida que soy tomándome a pecho este asunto (no porque no deba) y dando por sentado que alguien más se estaba (pre)ocupando por las cosas que pasan en mi misma ciudad. En fin, soy irresponsable hasta con la conciencia. Cada quien cree en lo que cree y defiende lo que sienta, y sus razones tiene para hacerlo; por eso digo que no es una crítica extensible al resto del planeta... sino simplemente porque yo me conozco y sé qué pienso y qué conozco y qué siento, es que me insulto a mí misma por desubicada.

Ejem... A pesar de que recuperé mi buen humor, la verdad estas semanas me ha pegado duro el país. Y, debo confesar... no sé si es que (¡ALARMA!) me está pegando el instinto maternal o qué, pero simplemente NO puedo tolerar la situación de la infancia... sí, en el mundo, pero me amarga la existencia cada vez que se me atraviesa por la cabeza el pensamiento de algún carricito venezolano pasando hambre por ahí y sometiéndose a quién sabe qué clase de cosas... Es algo que me está persiguiendo y yo, nuevamente, sólo leo y leo al respecto, pero me quedo esperando que alguien más me diga qué puedo hacer para ayudar. Además que el asuntico es como un erizo, no sabes por dónde agarrarlo... ¿por dónde se empieza? Hay tantas teorías políticas y económicas y sociales que responden a eso... pero las iniciativas parecen tan pequeñas, el problema es mucho más que abrumador... *suspiro* Y la energía existencial sigue drenando...

Yo seguiré escribiendo, esas cosas incluso más inútiles, incluso menos divertidas, pero que tengo que escribirlas para que estén fuera de mí, y no dando vueltas en la válvula sin dejarme dormir.