lorena miércoles, 27 de enero de 2010

Estimada persona que pasó toda la mañana intentando cambiar mi contraseña de Facebook,

Espero que esté muy bien. Yo no la conozco, hoy me enteré de su existencia y, está de más decirle, me encantaría conocerla, o al menos su nombre. Quizá me sorprenda darme cuenta de que efectivamente ya la conozco, sin embargo no puedo asumirlo. Sólo puedo asumir que usted sí me conoce a mí, puesto que ha tratado de entrar a mi cuenta de Facebook.

Es mi deber advertirle que no encontrará allí ninguna información relevante ni privada más allá de los mensajitos de Navidad que mis amigos me dejaron por Inbox. A lo sumo podrá enterarse de a cuál de ellos quiero más, por la efusividad con que respondo. De resto, le juro que mi vida privada no es tan interesante y, de serlo, estaría viviéndola y no divulgándola en Facebook. Cualquier cosa que desee o necesite saber, puede preguntármela con toda confianza a lorebea@gmail.com (la misma dirección adonde me llegan las notificaciones de sus infructuosos intentos de ingresar a mi cuenta). Tenga la seguridad que le responderé con toda la honestidad de la que soy capaz, especialmente si es el precio que debo pagar para que usted no cambie la contraseña de mi cuenta.

Me gusta mucho usar Facebook, por favor no me quite mi acceso a él.

Muchas gracias por su atención, querido señor hacker. Mis mejores deseos en este 2010 y el nuevo año chino que pronto comienza.

Afectuosamente,
Lorena.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca falta el que intenta robarse la identidad de otro...

despiStao dijo...

me a parecido genial, q sepas q tienes un nuevo admirador.un beso

Micaela Sosa dijo...

"Nos movemos con los ojos cerrados y los oídos tapados: derribamos muros en los que hay puertas que esperan ser abiertas al tacto; buscamos a tientas escaleras, olvidando que tenemos alas; rezamos como si Dios estuviera sordo y ciego, como si estuviese en un espacio. No es de extrañar que no reconozcamos a los ángeles que andan entre nosotros.
Un día será agradable recordar estas cosas." (Henry Miller, Nexus, pág. 60, traducción Nahuel Karg)
Jean-Paul Sartre, Las palabras, Ed. La Página S.A., 2003, Bs. As, Argentina
“Anne-Marie, la hija menor, pasó la infancia en una silla. La enseñaron a aburrirse, a estar derecha, a coser. Tenía dotes; creyeron que era distinguido dejarlos sin cultivar. Brillo; tuvieron el cuidado de ocultárselo. Estos burgueses modestos y orgullosos opinaban que la belleza estaba por encima de sus medios y por debajo de su condición; la permitían en las marquesas y en las putas.” (pág. 10)

Dvelard dijo...

Pudo haber sido un virus, es decir, un ataque automàtico: http://www.reuters.com/article/idUSTRE62G5A420100318?feedType=RSS&feedName=topNews&utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+reuters%2FtopNews+%28News+%2F+US+%2F+Top+News%29&utm_content=Twitter