lorena viernes, 11 de mayo de 2007


El anuncio más esperado del año: ¡Tengo celular nuevo! :D (o "medular" nuevo, como lo llaman por ahí... ¬_¬ Lo cual es totalmente una calumnia, porque no soy tan adicta al teléfono...) En fin, no es que yo estuviera orgullosa de él (el ex), pero servía todavía... Ya tenía un teipe (tape, cinta adhesiva, cinta Scotch...) que mantenía la pila en su lugar para que pudiera... mantenerse prendido, pues... Y la pinturita estaba bastante pelada everywhere... Se quedaba colgado, se apagaba solo... pero servía todavía, y tampoco yo me avergonzaba de él, a pesar de las preguntas: "¿no te da pena que te vean con eso?" ¡Pues no! >:( (además, con peores compañías he salido a la calle... ¬¬)

En fin, tenía varios meses considerando la posibilidad de adquirir un nuevo aparato. Lo soñaba Nokia (este en particular), marca conocida por su resistencia a los golpes y caídas. Eso era importante para mí puesto que el cel andaba en un promedio de 25 trancazos de diversa índole al día (estoy exagerando, pero algo así... Sí, soy full manos de mantequilla, ¿algún problema?
¬¬) También pensaba que sería bueno que tuviera cámara... porque me lo tripeo, pues. Aunque, en verdad, lo único que me importaba era que llamara, mandara mensajes y recibiera llamadas y mensajes... Ah, y que no fuera muy caro, por supuesto, porque mi economía estudiantil es muy... estudiantil.

Mis ahorritos murieron en el mes de febrero. Tampoco es que tenía mucho chance para buscar ofertas. Así que sin tiempo ni $, decidí continuar mi relación con el Kyocera Slider que me venía acompañando por casi dos años (luego de estar con mi mamá por un buen tiempo también, ¡qué incestuoso!) Él todavía servía, y eso era en realidad lo que importaba.

Hasta que llegó el fatídico día en que enfermó de gravedad. Pocas veces estuve tan preocupada en mi vida. Desde la noche anterior yo había notado algunas señales, pero me negué a darles importancia. Su pobre pantallita se quedaba "sucia" de un menú a otro, podía ver los rastros de una llamada hecha hasta media hora antes... Pero él aún servía. Con un poco de dificultad podía leer los mensajes de texto, pero aún podía leerlos.

Hasta que, la mañana siguiente, a punto de empezar el examen de Gerencia (que BTW amerita un post por lo rebuscado que fue), la pantalla dio el que pensé que sería su último respiro. Él seguía funcionando, pero yo ya no podía ver nada. Todo estaba negro. Fueron horas de angustia, de incertidumbre... Sólo rogaba que no pitara señalándome que había llegado un mensaje, que jamás podría leer... Por otro lado... ¡mis contactos! Tenía meses sin actualizar los números en mi computadora, así que todo lo que había sucedido en mi vida, desde entonces hasta ahora, estaba perdido... Él y yo teníamos todavía demasiados asuntos pendientes como para que me abandonara así. Era una ingratitud demasiado grande. Desesperada, a pesar del malestar de la gripe, pensé en correr a comprar cualquier celular de 60 mil bolos, simplemente para no perder contacto con el mundo.

En medio de la desesperación, acudí a mi tecnócrata favorito, que le dio tres toques al celular y ya la pantalla funcionaba de nuevo
(tanto llanto para nada ¬_¬;;). Corrimos a una computadora cercana a transmitir esa vital información numerística que, una vez a salvo, me permitió respirar de nuevo. Pero ya era clara para mí una verdad ineludible: con todo el dolor de mi alma, o más bien de mi bolsillo, tenía que buscar un celular nuevo. Dios, ¿por qué? :(

El miércoles 9 de mayo un Moto Pebl negro llegó a mis manos, más barato de lo que es gracias al blablabla de antigüedad que ofrece Telcel (que NUNCA dejará de llamarse así, no importa cuántas emes me invadan la existencia). Mi experiencia anterior con Motorola no había sido muy satisfactoria, pero, si hay un consejo sabio, es que hay que aprender a perdonar. Y la verdad comenzamos nuestra relación muy bien, yo bastante encantada con su lindura, y desde entonces no ha dejado de impresionarme con ciertos atributos internos que hasta ahora yo nunca había tenido en un celular. Por mi lado, lo que yo ofrezco a esta relación es tener más cuidado y delicadeza en el trato. Es obvio que los problemas de salud del Kyocera no se debían sólo a su edad :( Lo siento, de todo corazón, y por eso prometo no volver a comportarme así.

He recibido muchas felicitaciones por este nuevo personaje en mi vida, la gente se ha sorprendido positivamente (creían imposible que yo me despegara del anterior, y no es para menos, pues ya teníamos mucho tiempo juntos), y se han alegrado mucho por mí. Gracias por el apoyo :D Y aunque sé que la luna de miel nunca es para siempre, espero que el Motorola y yo sigamos llevándonos bien, comprometidos a funcionar y tratarnos bien. Por otro lado, aún no me he despedido del Kyocera, que continúa dando esperanzadores paseos en mis bolsos (pues aún me sirve de agenda). Pero pronto tendrá que enterarse... tendrá que saber que alguien nuevo ha llegado a mi vida.

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Motico -así lo llamo de cariño por ahora ;)- tiene cámara :D Y cuando tenga el cable para la compu será finísimo porque será fácil poner acá fotos más personales (y dejaré de abusar de Google Images).

Acá una foto nocturna de Motico, con una iluminación más favorecedora para apreciar la luminosidad de su pantalla. También se distinguen los papelitos transparentes que lo protegen, y que no retiraré hasta que se caigan solos. Está conectadito a la corriente, porque hoy lo dejé sin pila, de tanto jugar con él :)

Una foto del Kyocera de frente. Se distinguen los daños en la pintura, sobre todo en la parte de arriba, que permite notar que el plástico es en realidad transparente y, en cierto ángulo, el agujero a través del cual sale el sonido del auricular.
Sobre los números se distingue el teipe (al menos es transparente, no soy tan guarra como para echarle tirro) que permitía que la pila se mantuviera en su lugar, pues en una de las caídas se voló el mecanismo (tan delicado
¬_¬) del agarre.
Abajo, la entrada del cargador, que también está ya un poco malo, y cuesta para sacarlo.
Una foto de espaldas. La pintura también se ve volada, el teipe ya está despegándose de un lado, y falta uno de los cobertores de los tornillos en la tapa de arriba.

Funcionaste bien mientras lo hiciste: GRACIAS POR TU FIEL SERVICIO, sé que, si hubieras podido, hubieras seguido haciéndolo bien :D

1 comentarios:

Anónimo dijo...

1.- "Tecnócrata favorito". Ese adjetivo me pertenece. No puedes repartirlo libremente por ahi para hacer sentir bien a la gente.
2.- No es por cortarte la nota pero...!Ese celular es una basura!...en 3 meses vere otra entrada en el blog despotricando acerca del celular.