lorena martes, 15 de mayo de 2007

No me refiero a la batalla contra el retraso en el corto, ni mucho menos a la tesis (que es el tema prohibido del mes de mayo). Tampoco la batalla contra el tiempo y la falta de sueño (que el sofá de teatro ha remediado un poco últimamente), ni las insoportables colas caraqueñas.

Hoy es otro día en que comprendo plenamente la importancia de iniciar una verdadera cruzada contra esos seres perturbadores y asquerosos que son los insectos.

Estoy viendo invadido mi espacio privado y personal por un SALTAMONTES GIGANTE que a punta de chocarse contra una pared y otra, pretende sacarme de mi cuarto. No sé qué rayos hace aquí, pero me parece una semerenda falta de respeto, y una afrenta directa, el que haya decidido de repente sobrevolar el espacio aéreo de mi habitación. Lo toleré mientras se quedaba medio quieto en un sitio, mirándonos fijamente, tratando de escrutar nuestros pensamientos.

Lo grave empezó cuando empezó a dar vueltas como desquiciado contra el corcho, la lámpara, la puerta del baño, el techo, las paredes... ¡y no se quedaba quieto el desgraciado! Y en más de un par de ocasiones amenazó con chocar conmigo, volando bastante cerca de mí. A todas estas, en medio de la desesperación, la urgencia, la angustia, fue Cito (mi oSito de peluche de la infancia) el arma (y escudo de defensa) más accesible en el momento (era eso o la laptop, y Cito al menos es acolchado y su precio no se calcula en dólares). Por suerte no fue el momento escogido por la prensa para reportar sobre mi Cruzada, porque la imagen de mí con cara de pánico, esgrimiendo un oso de peluche contra el saltamontes, publicada en los periódicos, le hubiera restado seriedad al asunto. Que yo me tomo muy en serio, por cierto.

Ahora está parado sobre el corcho... bueno... en el corcho (¿cuál es la preposición de lugar para algo que está parado sobre otra cosa de forma vertical?) Se ha quedado algo quieto, y sé que no está buscando la luz porque he jugado prendiendo y apagando, midiendo sus reacciones, calculando sus movimientos y el tiempo... pero nada. ¿Qué quiere el condenado saltamontes? ¿Simplemente sacarme de quicio? ¿O su estrategia tiene un objetivo mucho más complejo y profundo? ¿Realmente pretende la dominación de este espacio? ¿Será parte de un plan de invasión y conquista? ¿O simplemente quiere un sitio para descansar un momento?

Whatever it is... fino, pero... ¡VETE DE MI CUARTO! >:(

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