lorena jueves, 5 de abril de 2007

Esa frase es full común en mí, sobre todo diciéndomela a mí misma. Pero es que luego de cosas como la que me acaba de pasar (mejor dicho, la que me estuvo pasando durante las últimas dos horas), es inevitable pensar que algo bastante importante dentro de mi cerebro se dañó.

Yo quería escribir sobre Apocalypto, comentar la película recién vista, pero en el momento sólo puedo pensar y respirar la nube de estupidez que invade todo el cuarto. Y, obviamente, el episodio será el motivo de este post.

La historia comienza el día de ayer, en que Lorena consideró que era una buena idea enloquecer y abrir cuentas de Gmail como desquiciada, a cuenta de que son gratis o qué sabe ella... También tuvo la genial ideota de abrir este blog el mismo día. Entonces, cuando Lorena quiso acceder a su brand-new-blog el día de hoy, pues simplemente su atrofiado cerebro no recordaba con qué username, password o cuenta de email había hecho la magia. Ah, pero nada... no hay rollo, porque en Blogger son full eficientes y con la paginita esa de Forgot your password? te salvan totalmente la vida... Y claro, Lorena dice "nada, meto todas las direcciones de mail y listo, tan difícil no puede ser", y efectivamente, le llegaron confirmaciones y blablás varios de mil millones de proyectos que nunca vieron la luz, pero O make me a mask, bien gracias... ¿Será que ya me volví loca de verdad? ¿Será que el Flying Spaghetti Monster me está jugando una broma? ¿Será que en Gmail no son tan eficientes? ¿Será que...?

Y viene el episodio de la vana esperanza de Lorena... deja 843278435676832 comments en su primer post (que dejaré ahí de recuerdo y como prueba irrefutable de mi estupidez, to keep me humble when I'm rich and famous) con la ilusión de que a Blogger se le ocurriera la genial idea de mandarle un mail diciéndole "Hola, alguien te quiere y te dejó un comment". Pero nada...
Y bueno, para hacer el cuento corto y ver si por fin logro darle un final... sucede que el blog estaba asociado a una cuenta de gmail que no recordaba del todo, y además tengo un username del Blogger viejo que es igual... Obviamente al Blogger (ni que tan pilas fuera) no se le ocurría (como a mí se me ocurrió luego) colocarle espontáneamente el "@gmail.com" que era vital para distinguir una cosa de la otra. Bravo. Bravo darse cuenta del asunto dos horas más tarde, con un centímetro menos en cada uña y diez años menos de vida. Pero lo logré, n'hombre.

Agradezco a todos los santos en los que no creo y al Flying Spaghetti Monster, siempre encariñado conmigo, por iluminarme de esta manera.


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Como a mí la brutalidad y la mala suerte me atacan en combo, sucede que al terminar de escribir, la computadora confundió el botón de Publicar con "cierra todas las ventanas del navegador sin aviso"... y de paso le pareció divertido eliminar la función Paste para el Copy de todo el texto que yo acababa de hacer, precisamente porque sé que cuando ando bruta tengo que ser más cuidadosa, porque la mala suerte viene en el combo.

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